que sólo las esperanzas son capaces de alcanzarle.
Su nombre es sueño,
sueño era un ángel.
Un ángel condenado
Por haber tenido la osadía de amar.
Ahora tan sólo puede sentir
El calor de todos los cuerpos que se unen al suyo.
La lágrima gris recorre su lamento
Quemando su esencia de bondad.
Nadie conoce la agria condena
Creen que todo esta en su sitio.
Mas él llora, en el rincón más escondido
Del paraíso que nadie vio,
Del nirvana desconocido.
Pobre del ángel que se creyó completo,
Pobre del que creyó ser amado.
Su nombre era sueño,
Sueño, era un ángel.
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