Dime luna por qué yo ,
que soy el sol , no tengo
ni pizca de calidez.
¿Dónde está mi musa?
¿Con qué inútil sátiro
se habrá perdido?
Divino dolor que
agudece en mis entrañas,
dulce tortura que
escapó en la partida.
Hielo vuelve a tu lugar predilecto,
el interior de mi pecho.
Espejo , clava tus fragmentos
en mi.
Como veinte y cuento una.
Su cara, su cuerpo, su olor ...
ya no están.
Punto y final.
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