Si ya es dichoso
el regalo de disfrutar
del tortuoso camino de la vida,
más lo es que aparecieses
y te quedaras en ella.
No se que habrá mañana,
cuando abra de nuevo
mis ojos dormidos ,
pero ojalá
que cada amanecer
te viese frente a mi.
Y jugásemos al pilla pilla
con nuestros labios
empapados de amor
y nuestros torsos rezumando deseo.
Hasta entonces,
tan bello
es tu recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario